Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Samuel 14, 22-32

22 Cayó Joab sobre su rostro en tierra y postrándose bendijo al rey.
Joab dijo: «Hoy ha conocido tu siervo que ha hallado gracia a tus ojos, oh
rey mi señor, pues ha cumplido el rey el deseo de su siervo.»

23 Levantóse Joab, fue a Guesur y llevó a Absalón a Jerusalén.

24 Pero el rey dijo: «Que se retire a su casa, pues no ha de ver
mi
rostro.» Y Absalón se retiró a su casa sin ver el rostro del rey.

25 No había en todo Israel un hombre tan apuesto como Absalón, ni
tan celebrado; de la planta de los pies hasta la coronilla de la
cabeza no
había en él defecto.

26 Cuando se cortaba el pelo - y se lo cortaba cada año; porque le
pesaba mucho y por eso se lo cortaba - pesaba el cabello de su
cabeza
doscientos siclos, peso real.

27 Le nacieron a Absalón tres hijos y una hija, llamada Tamar; era una
mujer de gran belleza.

28 Absalón estuvo en Jerusalén dos años sin ver el rostro del rey.

29 Llamó Absalón a Joab para enviarle al rey, pero él no quiso ir. Le
llamó todavía una segunda vez, pero tampoco quiso.

30 Entonces dijo a sus servidores: «Ved el campo de Joab, que está
junto al mío, donde él tiene la cebada. Id y prendedle fuego.» Los
servidores de Absalón prendieron fuego al campo.

31 Entonces se levantó Joab, fue a casa de Absalón y le dijo: «¿Por
qué tus servidores han prendido fuego a mi campo?»

32 Absalón respondió a Joab: «Te he mandado llamar para decirte:
Ven, por favor, pues quiero enviarte al rey para que le digas: ¿Para qué he
vuelto de Guesur? Mejor me hubiera sido estarme allí. Quiero ver el rostro
del rey; si hay alguna culpa en mí, que me haga morir.»